Fue invitado por CTO Colombia para dar una charla sobre Neurocirugia y emociones en la Universidad del Rosario en Bogotá, donde conto como han sido sus investigaciones sobre neurocirugía y como estas están enlazadas con las emociones del cuerpo humano. Además hablo sobre un test basado en inteligencia artificial para identificar las áreas del cerebro involucradas con las emociones humanas, y preservarlas intactas durante la cirugía.
Preservar en sus pacientes la capacidad de reconocer sus propias emociones y las de otros, después de la extirpación de un tumor en el cerebro, es el objetivo más importante del especialista Jesús Martín-Fernández, neurocirujano, músico, compositor y director de orquesta nacido en Islas Canarias, que visita por primera vez Colombia para compartir su técnica con neurocirujanos colombianos.
El hecho de realizar cirugías en los cerebros de sus pacientes mientras están conscientes, nació de su propia experiencia personal, cuando un tío diagnosticado con cáncer en el cerebro que fue intervenido, perdió su capacidad de sentir y reconocer las emociones humanas.
Jesús con tan solo 32 años, se dedicó a operar junto a su mentor, el neurocirujano francés Hugues Duffau, líder mundial en el campo de la cirugía despierta y con quien trabaja e investiga en Montpellier.
En el año 2022, el doctor Martín- Fernández desarrolló un test pionero basado en inteligencia artificial, capaz de identificar , durante un procedimiento quirúrgico, las áreas del cerebro involucradas en el procesamiento de las emociones humanas, lo que le ha permitido ajustar su técnica de manera personalizada.
Lo que le permite a este neurocirujano y su mentor aplicar la cirugía despierta para la extirpación de tumores en el cerebro, es que el cerebro humano no siente dolor, ni presión. Utilizando anestesia localizada, el doctor Martín-Fernández puede romper lo que se denomina la dura madre que es la capa más dura que recubre el cerebro y luego llegar hasta la membrana que lo recubre, abrirla y a través de resonancia magnética ubicar el tumor, pero para llegar hasta la lesión, Jesús utiliza una especie de marcadores que va colocando en el paciente para identificar las zonas del cerebro que tienen que ver con las emociones y evita tocarlas para preservar esa capacidad básica que nos permite tener comportamientos sociales.
Jesús habla de que el cerebro humano tiene en realidad 5 dimensiones, y que no es tan cierta la teoría de que el hemisferio derecho tiene que ver con las emociones, y el izquierdo es más racional. Para Jesús, cada cerebro humano es individual y tenemos miles de redes interconectadas en este órgano que permite conectar nuestras emociones, interpretarlas y sentirlas.
“Operamos con el paciente despierto para asegurarnos de que no dañaremos sus funciones críticas. Mientras se realiza la cirugía, el paciente totalmente consciente habla con el equipo médico, y responde a preguntas y tareas de asociación, que permiten saber al equipo médico que el paciente no está afectando áreas esenciales de su cerebro”.
La cirugía con paciente despierto no es nueva. Lo que ha cambiado desde el año 2000 es que el doctor Hugues ha buscado aplicar una técnica quirúrgica más compleja que está en proceso de validación y que busca evitar que se dañen funciones cognitivas del cerebro como son la atención, la personalidad, el comportamiento y las emociones. Antes el interés se centraba en el lenguaje y en el movimiento. “Hoy es posible preguntar a un paciente con un tumor en el cerebro, qué partes de sus funciones desea preservar en los años siguientes a la extirpación del tumor”, explica Jesús.
En función de esas capacidades que se quieren conservar posterior a la cirugía es que se le pide al paciente algunas tareas como son: pedirles que hablen, que repitan palabras e incluso que reconozcan las emociones de los avatar que han sido perfeccionados y son usados durante la cirugía.
“Estamos hablando de redes neuronales. Así que cuando estimulamos una zona del cerebro encargada de reconocer las emociones y el paciente no puede identificar esa emoción en el avatar, sabemos que estamos en una parte crucial de su red neuronal que debemos preservar”.
Una vez que un paciente ha sido operado y se afecta su capacidad de relacionarse con otros a través de su personalidad y de sus emociones, el daño es irreversible. Lo que se puede hacer es prevenir. “Hay unas fases de la cirugía que son esenciales para preservar la conectividad cerebral relacionada con el desarrollo de la personalidad”.
La zona que se interviene en el cerebro es de gran plasticidad y adaptabilidad. Es decir que en cada paciente su mapa cerebral es distinto, no todo los pacientes tienen localizado el lenguaje y el habla en un área localizada del cerebro, puede estar en distintas áreas, incluso con los mismos años esas redes se pueden reorganizar.
Aunque ha operado con colegas de 12 países, confiesa que le hacen falta más casos para validar su técnica. Ya cuenta con casos exitosos de pacientes que antes de someterse a la cirugía, le pidieron preservar su esencia, sus emociones y su personalidad.
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